Es una lesión frecuente en la práctica deportiva. Se suele producir por una elongación excesiva del músculo, por una contracción muy brusca o por un esfuerzo que supera su capacidad.
Son roturas del tejido muscular de mayor o menor extensión; su gravedad dependerá del musculo y el número de fibras que se han roto, lo que determinara también el tiempo necesario de rehabilitación.
Afecta más habitualmente a las piernas, siendo los músculos mas afectados los gemelos, soleo, isquiotibiales, aductores y cuádriceps.
Síntomas
- Dolor repentino e intenso, simulando una puñalada y localizada en un punto muy concreto.
- Hematoma causado por la rotura de vasos sanguíneos (dependiendo de la extensión de la rotura).
- Impedimento de hacer los movimientoS que incluyan al musculo afectado.
Tratamiento
- Plasma Rico en Plaquetas (PRP): es una terapia mínimamente invasiva. Su objetivo es favorecer, estimular o iniciar el proceso de cicatrización, regeneración o curación del tejido dañado.
- Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI): produce una destrucción del tejido degradado y fibrotico a tiempo real, aumentando la regeneración y favoreciendo una respuesta inflamatoria adecuada, facilitando el proceso de recuperación en un menor tiempo y con mayor garantía de buenos resultados.
- Terapia manual: el beneficio de esta terapia es el efecto drenante que recibe la lesión ya que en los primeros días la zona afectada estará inflamada; dentro de las técnicas manuales se realiza inducción miofascial, el objetivos de estas técnicas es estimular las fibras de colágeno para que las fibras vuelvan a su estado normal, anterior a la rotura.
Todas estas técnicas deberán ser aplicadas por profesionales especializados tras una valoración previa y diagnostico fisioterápico, para saber así que técnicas de rehabilitación son las adecuadas para cada paciente.